A menudo nos encontramos con que parecen encontrar placer en humillar a otros para ganar reconocimiento o solo para sentirse ellos un poco mejor.
Son esos que te dicen, por ejemplo: «te voy a decir una cosa, pero no te ofendas» o «te voy a decir algo por tu bien, porque yo soy buena y generosa y con esta información vas a poder cambiar para ser mejor» y detrás de este comentario «inocente» te sueltan una bomba que podría derrumbar un edificio.
Porque estos personajes, los que buscan humillar, no siempre atacan a los gritos o con formas muy agresivas. A veces vienen disfrazados de inocentes corderitos que solo desean hacer el bien, y bajo este disfraz ocultan los puñales.
Vamos a ver cuáles son las posibles razones que pueden tener los que humillan a otros para sentirse mejor ellos.
Búsqueda de Validación y Autoestima: a menudo puede vincularse a una necesidad insatisfecha de validación personal. Las personas que carecen de una autoestima sólida y confianza en sí mismas pueden recurrir a menospreciar a otros como una forma de elevarse a sí mismas. Al humillar a alguien y recibir reacciones positivas, sienten una momentánea gratificación que refuerza su propia autoimagen. Esto sugiere que esta conducta puede enmascarar una profunda inseguridad. Es decir, que necesitan menospreciar al otro para sentirse un poco mejor ellos.
Competencia y Envidia: La competencia y la envidia pueden desencadenar comportamientos negativos, incluida la humillación. Algunas personas pueden sentirse amenazadas por los logros de otros y, en un intento de restablecer un sentido de superioridad, recurren a la humillación para desacreditar a los demás. Este tipo de comportamiento puede reflejar una mentalidad de suma cero, donde sienten que solo pueden tener éxito si otros fracasan.
Deseo de Control y Poder: La humillación por reconocimiento puede ser una forma de ejercer control sobre los demás. Al someter a alguien a humillación, el perpetrador puede sentir que está tomando el control de la situación y ganando poder sobre la víctima. Esta sensación de dominio puede proporcionar una satisfacción temporal y una sensación de superioridad.
Falta de Empatía: La falta de empatía hacia los demás puede contribuir a la humillación por reconocimiento. Algunas personas pueden ser incapaces de comprender o preocuparse por cómo sus acciones afectan emocionalmente a los demás. Esto puede llevar a que solo consideren sus propios deseos y necesidades, sin tener en cuenta las consecuencias negativas de sus acciones.
En cualquier caso, nunca hay una intención positiva detrás de una conducta de humillación hacia el otro.
Los que humillan a otro para sentirse mejor ellos, no tienen buena intención. No están tratando de ayudarte. Esa es la mentira que se cuentan para justificar su conducta, pero nunca es cierto.
Cuando alguien te diga que “te voy a decir esto por tu bien” y te suelte una barbaridad que te resulte humillante, insultante o agresiva en cualquier nivel, no te culpes pensando que has hecho algo más. Cuando alguien tiene una intención positiva, nunca dice las cosas de manera ofensiva ni humillante para aquel que lo recibe. Las buenas intenciones se demuestran ejerciendo la empatía y la asertividad y si esto falla, pidiendo disculpas, pero nunca culpabilizando al otro de manera humillante.
Si alguien te ha humillado con sus palabras, sus actos dicen más de ella que de ti. Los que humillan a otro para sentirse mejor ellos, probablemente, necesiten ir a terapia a sanar sus temas no resueltos y dejar de hacer daño a los demás.
Y ante estas personas lo mejor es poner límites. Como adultos somos responsables de sanar nuestras heridas, si no podemos solos, tendremos que pedir ayuda profesional, pero ir atacando a los demás por ahí no puede ser una opción.