Primero te quiero decir que si estás a punto de tirar la toalla porque has probado de todo y no lo has podido resolver, no te des por vencida, hay solución, solo que hasta ahora no habías dado con ella.
Pero vamos desde el principio y veamos qué es el trauma infantil no resuelto.
¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando escuchas la palabra trauma?
Seguramente en algo grande, algo muy sonado, memorable, y lo primero que te tengo que decir es que a veces sí y otras no. A veces un trauma se forma por un acontecimiento pequeño, insignificante para otro, pero que te ha afectado mucho a ti, y por eso hasta el día de hoy te genera un síntoma.
Entonces, ¿qué es un trauma infantil?
Podemos definirlo como una experiencia abrumadora, que ha dejado huella al no poder ser procesado debidamente en su momento. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el trauma infantil se define como: «Un evento emocionalmente doloroso o angustiante que experimenta un niño, y que a menudo resulta en efectos duraderos, mentales y físicos.»
Es decir que puede ser causado por diferentes situaciones, lo que tienen en común es la incapacidad que tenemos en ese momento para “digerirlo” y evitar que tenga consecuencias a largo plazo.
Se puede formar a través de un único evento muy impactante o de la repetición de, aparentemente, “pequeñas cosas” que nos van afectando y que a la larga generan igualmente síntomas.
En ese momento el niño toma estas experiencias como verdades absolutas, y a partir de ahí se forman las creencias que regirán su vida desde el inconsciente.
Luego, cuando este niño sea adulto, se va a relacionar con las demás personas a través de estas creencias y por supuesto, a través de este trauma no resuelto.
Qué pudo haber originado el trauma infantil:
- Trauma interpersonal: involucra las personas cercanas al niño. Pueden ser padres, cuidadores, familiares, los maestros, compañeros de colegio o figuras de autoridad. Aquí se pueden incluir muchas pequeñas cosas, que a repetición crean un dolor a largo plazo.
- Trauma por abandono: cuando los cuidadores no brindan al niño el cuidado que este necesita para crecer adecuadamente. También incluye el abandono completo del niño, por ausencia de los padres.
- Falta de afecto: el niño no ha sentido amado incondicionalmente y, por lo tanto, no se siente seguro. Aquí se pueden incluir pequeños comentarios, aparentemente inofensivos, pero que con la repetición crean un trauma infantil.
- Maltrato, tanto físico como psicológico.
- Abuso sexual.
- Muerte de alguien muy cercano en los afectos para el niño.
Estos son algunas de las causas más comunes por las que se crea un trauma infantil. Hay más, como desastres naturales, mudanzas, migraciones, etc. pero con esto ya tienes bastante para analizar.
Cómo se manifiesta el trauma infantil no resuelto, en la edad adulta:
- Pensamientos repetitivos con preocupación excesiva por temas menores.
- Desconexión emocional, te cuesta relacionarte emocionalmente con los demás.
- Tienes dificultad para expresar tus emociones.
- Falta de autoestima, confianza y seguridad.
- Ansiedad, que puede ser generalizada o focalizada a un tema.
- Incapacidad para gestionar las propias emociones asertivamente. Podrías enfadarte y perder los nervios sin poder evitarlo.
- Te relacionas con el resto del mundo a través de una máscara, un personaje que has creado para que no se vean tus inseguridades. Aparentas ser alguien muy seguro de sí mismo, por temor a que realmente te vean y te vuelvan a lastimar.
- Tienes más posibilidades de caer en depresión.
- Tiendes a evitar los conflictos, ya sea por agresiones sufridas u hostilidad en el hogar, harás lo que sea para evitar el enfrentamiento.
- Miedo al abandono.
Es decir, que aquello que pasó hace años, nos hace reaccionar ahora de una determinada manera sin siquiera darnos cuenta.
Sí, esa manera de reaccionar con tu pareja puede estar conectada con un suceso doloroso de tu infancia que está sin resolver y, por lo tanto, seguirá afectando a tus relaciones personales.
Vemos el mundo, la vida y a las demás personas a través de nuestras creencias, y nos relacionamos con ellas a través de ese trauma infantil no resuelto. Es decir, que todo aquello que nos afectó mucho en la infancia, seguirá teniendo un impacto en nuestra vida adulta y en nuestras relaciones con los demás: familia, pareja, hijos, compañeros de trabajo, jefes, etc.
Por eso es tan importante solucionarlos, porque si no lo hacemos, seguiremos obteniendo los mismos resultados que tenemos ahora y que evidentemente no nos gustan.
La buena noticia es que el trauma infantil, aquello que sea que nos pasó siendo niños y a veces no tan niños, tiene solución.
Hay distintas técnicas para abordar estos temas, una muy efectiva es el Coaching Wingwave, que permite acceder a origen del trauma infantil, aunque esté muy guardado en el inconsciente y creamos que no nos acordamos de nada.
Lo bueno de esta metodología, es poder acceder al origen del problema y desde ahí resolverlo.
Se trata de un método científico, efectivo y de efectos duraderos que permite liberarnos de aquello que nos genera un síntoma y percibir las mismas situaciones de una forma totalmente distinta, sin angustia, miedo, ansiedad, o cualquiera fuera el síntoma que nos venía provocando.
Si te estás preguntado, si esta mejoría va a perdurar en el tiempo, la respuesta es sí.
El método Wingwave provoca cambios en la manera de percibir una situación que antes te resultaba incómoda y ahora te parecerá posible de gestionar sin sentir ansiedad.
Y para reforzar esta nueva manera de sentir será importante adquirir herramientas de inteligencia emocional, que te permitan mantener una autoestima sana. Esto te ayudará a sostener los cambios de creencias y nuevos hábitos adquiridos.
Silvina Buhanna
Coach experta en Inteligencia emocional y gestión del estrés con Wingwave.