Para correr una media maratón hay que estar en forma, entrenar de manera específica tanto las piernas como el rendimiento cardiovascular, saber alimentarse correctamente y tener una preparación mental acorde. Porque si preparamos el cuerpo y nos olvidamos de la mente lo más probable es que no lleguemos. Porque cómo en cualquier proyecto de larga duración si no tenemos claro el propósito, y no entrenamos la mente para lograrlo, en cuanto nos cueste respirar abandonaremos.
Y en la vida como en una maratón hay que estar preparado para cuando cueste respirar. Y esto se logra entrenando las emociones o mejor dicho la inteligencia emocional.
Y cómo se entrena la inteligencia emocional? Esta es una pregunta que surge habitualmente. Pues eso, entrenando. Aprendiendo primero a conocernos, a entender porque sentimos lo que sentimos, porque reaccionamos como lo hacemos, porque tenemos ciertas conductas que a pesar de no gustarnos nos cuesta cambiar, porque aunque sabemos que tenemos algunos hábitos que nos hacen daño no somos capaces de dejarlos y la lista podría seguir.
Para incrementar nuestra inteligencia emocional hay que dedicarle un poco de tiempo y atención. Así como vamos a la peluquería a cortarnos el pelo y ponernos guapas, hay que dedicarle tiempo a lo que nos pasa dentro para crecer y desarrollarnos. Así como vamos al gimnasio a entrenar el cuerpo para tener buena figura, o porque tenemos conciencia de lo importante que es para la salud, así tenemos que dedicarnos a la mente si queremos que responda en momentos de crisis y no nos abandone a mitad de la carrera.
La mente hay que entrenarla cuando estamos bien para que sepa reaccionar cuando estamos mal. O cuando nos enfrentamos a algo que nos resulta difícil.
Hace unos días acompañé a una amiga que corría la media maratón de Valencia. Ella me explicó cómo su entrenador la había preparado en cuanto a cada uno de los aspectos.
Luego viendo la carrera yo miraba a los corredores podía notar más allá de su condición física quien había trabajado su mente y quién no. Y no es que yo tenga la bola de cristal no, pero en sus caras se podía ver cómo se sentían. Y en algunas de sus decisiones se podía ver también que no se habían preparado para lo que pudiera pasar. Esto es que se podía ver gente extenuada, con dificultad para respirar y que ya arrastraba los pies y que aún trataban de seguir corriendo. Me impactó mucho una chica en particular que ya estaba tan al borde de sus fuerzas que sólo podía caminar tipo marcha rápida, pero iba con la vista perdida en la distancia y haciendo eses entre los demás corredores. Era evidente que tenía que parar antes de sufrir un desmayo.
Cuando tenemos una mente bien entrenada también nos avisa cuando hay que parar, y rectificar. No estoy hablando de abandonar el objetivo pero tal vez nos toque reconocer que esta vez no vamos a llegar y que tendremos que prepararnos mejor o utilizar una estrategia diferente si queremos llegar a la meta.
Cuando estamos bien preparados nuestra mente nos ayudará a superar los obstáculos y seguir adelante aunque duelan las piernas, y también nos dirá cuando hay que replantearse lo que estamos haciendo o cómo, antes de que sea tarde y las consecuencias sean las que no queremos.
Muchas veces en la vida nos planteamos estas cosas cuando ya nos ha pasado algo malo, algo frente a lo cual no pudimos reaccionar como nos hubiera gustado. Bueno tampoco hace tanto que se habla de desarrollo personal y buena gestión emocional, pero ahí está el secreto, en prepararnos cuando estamos navegando aguas calmas, para cuando nos enfrentemos a aguas más movidas.
Aprender sobre nosotros y cómo auto gestionarnos de la mejor manera, aprender sobre cómo las emociones influyen en nuestras vidas, cómo tomamos las decisiones, cómo nos relacionamos con los demás y tantas otras cosas que creemos que sólo pueden ser de una manera y sobre las que creemos no podemos cambiar nada. Son como son y ya está.
La buena noticia es que esto no es así. Igual que podemos entrenarnos para una maratón podemos aprender y entrenarnos para vivir mejor, sólo hay que descubrir cómo.
Y claro, estar dispuestos a dedicarle tiempo y dedicación como al gimnasio o la pelu.
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